El ciruelo de jardín es un árbol al que le gusta llevar la contraria: cuando todos las demás plantas se sirven de su pigmentación verde para realizar la función fotosintética, a él se le antoja tener las hojas rojas, moradas o de color púrpura; según la variedad y la pericia de quien lo mire. Cuando la fronda apremia en preparar las hojas tras el letargo, él considera que es tanto o más importante recibir a la primavera con sus mejores galas florales. Definitivamente el prunus pisardi es un frutal diferente y no tiene problema en reivindicar que su objetivo no es alimentar tu cuerpo sino tu alma.