En su hábitat natural, la murta se desarrolla como un arbusto, cuya altura varía entre 1 y 2 metros, aunque puede alcanzar los 4 en circunstancias favorables. Es de hoja perenne, lanceolada, de color verde oscuro; su copa es densa y apretada.
Las flores, hermafroditas, son de forma acampanada, de color blanco, rosado o purpúreo, con estámenes prominentes. La floración se produce a partir de finales de noviembre; la abundancia de flores y su riqueza en néctar las hacen atractivas para las abejas, el principal agente polinizador, que producen a partir de ellas una miel aromática y distintiva.